Quiero contarte un secreto. Tengo un nuevo truco.
Cuando me agarra la nostalgia por aquello que ya no es y vuelve a ser, y no es y vuelve a ser, y no es y vuelve a ser; me sonrío y cierro los ojos. Siento la mínima porción de aire que en ese momento roce mi cara y me burlo de mi mismo. Me saco la careta de la gravedad y todo se vuelve leve y sutil nuevamente. Las manos dejan de tambalear en el espacio. Así suelto el aire al aire. Mi adentro al adentro del mundo. Lleno el vacío con más vacío, con el vacío de mi mismo. Relajo los hombros que bajan con cada exhalación mientras acaricio la linea que separa mi torso de mi espalda. Me duermo.
Cuando me agarra la nostalgia por aquello que ya no es y vuelve a ser, y no es y vuelve a ser, y no es y vuelve a ser; me sonrío y cierro los ojos. Siento la mínima porción de aire que en ese momento roce mi cara y me burlo de mi mismo. Me saco la careta de la gravedad y todo se vuelve leve y sutil nuevamente. Las manos dejan de tambalear en el espacio. Así suelto el aire al aire. Mi adentro al adentro del mundo. Lleno el vacío con más vacío, con el vacío de mi mismo. Relajo los hombros que bajan con cada exhalación mientras acaricio la linea que separa mi torso de mi espalda. Me duermo.
Hay noches que cuesta un poco más, la luna está mordida, y uno al final siempre está solo. Hablando de estar solo. Dejame que te cuente el final, no es ya un secreto...
“Mírame
y ámame. No: tú miras hacia ti y te amas. Es lo correcto"
No hay comentarios:
Publicar un comentario